El herpes simple tipo 1 (HSV-1) es una infección viral muy extendida, con una prevalencia global del 64% en personas menores de 50 años. Una vez adquirido, este virus establece una infección crónica, permaneciendo latente en el cuerpo, principalmente en las neuronas. Aunque no siempre causa síntomas, el HSV-1 puede reactivarse periódicamente, dando lugar a brotes recurrentes.
Síntomas y Fases del Brote
Las manifestaciones del HSV-1 se centran comúnmente en el área orofacial, conocidas popularmente como herpes labial o “calenturas”. Un brote sigue fases distintivas. La etapa inicial, o pródromo, se caracteriza por sensaciones como hormigueo, picazón, ardor o dolor donde surgirá la lesión. Esta fase puede durar unas pocas horas o hasta un día antes de que aparezcan las lesiones visibles.
Posteriormente, se desarrolla la etapa de ampolla, donde pequeñas vesículas llenas de líquido emergen, a menudo agrupadas sobre una base enrojecida. Estas ampollas son dolorosas y pueden aparecer en los labios, alrededor de la boca, en las encías o en la garganta. Al cabo de unos días, las ampollas se rompen, dando paso a úlceras abiertas.
Finalmente, las úlceras comienzan a secarse y forman costras. Durante esta fase, las lesiones se cubren con una costra amarillenta o marrón antes de sanar, generalmente sin dejar cicatriz. La primera infección por HSV-1 puede ser más severa, pudiendo incluir fiebre, malestar general o inflamación de los ganglios linfáticos en la cara o el cuello. Factores como el estrés emocional o físico, la exposición excesiva a la luz solar, la fiebre, otras enfermedades o cambios hormonales pueden desencadenar la reactivación del virus y un nuevo brote.
Métodos de Transmisión
La transmisión del virus del herpes simple tipo 1 ocurre principalmente a través del contacto directo con las lesiones activas o con la saliva de una persona infectada. Esto puede suceder incluso cuando no hay una ampolla visible, ya que el virus puede ser liberado asintomáticamente. La probabilidad de contagio es mayor cuando las ampollas están presentes y abiertas.
Ejemplos comunes de cómo se propaga el HSV-1 incluyen el contacto íntimo como los besos. Compartir objetos personales que han estado en contacto con la saliva de una persona infectada, como utensilios para comer, toallas, bálsamos labiales o maquinillas de afeitar, también puede facilitar la transmisión. Aunque el HSV-1 se asocia tradicionalmente con las infecciones orales, puede transmitirse a la zona genital mediante contacto oral-genital, causando herpes genital.
Manejo y Tratamiento
El manejo de un brote de herpes simple tipo 1 se enfoca en aliviar los síntomas y acortar la duración del episodio. Existen opciones de tratamiento médico y medidas de cuidado en el hogar. Para las opciones médicas, se pueden utilizar cremas de venta libre que contienen ingredientes antivirales. Estas cremas se aplican directamente sobre las lesiones y pueden ayudar a acelerar la curación y reducir el dolor y la picazón.
Los medicamentos antivirales orales, como el aciclovir, valaciclovir o famciclovir, son recetados y se consideran más eficaces para brotes severos o frecuentes. Estos fármacos actúan inhibiendo la replicación del virus y son más beneficiosos si se inician en las primeras etapas del brote, idealmente durante la fase de pródromo. Su uso puede reducir la severidad y la duración de los síntomas, y en algunos casos, prevenir la aparición de las lesiones si se toman profilácticamente.
El cuidado en casa puede proporcionar alivio. Aplicar compresas frías en la zona afectada puede ayudar a reducir el dolor y la hinchazón. Es importante mantener la zona limpia para prevenir infecciones bacterianas secundarias. Evitar tocar las lesiones y lavarse las manos frecuentemente ayuda a prevenir la propagación del virus a otras partes del cuerpo o a otras personas.
Diferenciación del Herpes Simple Tipo 2
Existe una distinción entre el virus del herpes simple tipo 1 (HSV-1) y el virus del herpes simple tipo 2 (HSV-2), aunque ambos pertenecen a la misma familia viral. Tradicionalmente, el HSV-1 se ha asociado con las infecciones orales, mientras que el HSV-2 es el principal causante del herpes genital. Sin embargo, ambos tipos de virus pueden infectar cualquiera de estas localizaciones.
Ambos virus son genéticamente similares, pero presentan diferencias en su epidemiología y en la tendencia a las recurrencias según la zona infectada. Por ejemplo, una infección genital por HSV-1 tiende a tener brotes recurrentes con menor frecuencia que una infección genital por HSV-2. La identificación del tipo de virus puede ofrecer una perspectiva sobre la probabilidad de futuras recurrencias en la zona afectada.