Artrópodos: Qué Son, Características, Tipos y Ejemplos

Los artrópodos forman el filo más numeroso y extendido del reino animal. La palabra “artrópodo” deriva del griego “arthron” (articulación) y “pous” (pie), que significa “pies articulados”. Estos invertebrados han colonizado casi todos los hábitats del planeta. Con más de 1.3 millones de especies descritas, la mayoría insectos, representan al menos el 80% de todas las especies animales conocidas.

Características Definitorias de los Artrópodos

El exoesqueleto de quitina es una característica distintiva de los artrópodos, proporcionando una cubierta externa rígida que ofrece protección y soporte estructural. También funciona como punto de anclaje para los músculos, permitiendo el movimiento. Sin embargo, la rigidez del exoesqueleto limita el crecimiento, ya que no se expande con el animal.

Para crecer, los artrópodos deben desprenderse de su exoesqueleto viejo en un proceso llamado muda o ecdisis. Durante este proceso, el animal sintetiza una nueva cutícula debajo del exoesqueleto existente. Una vez que el viejo exoesqueleto se desprende, el nuevo se endurece, permitiendo que el animal aumente de tamaño antes de que se endurezca completamente.

El cuerpo de los artrópodos se organiza en segmentos repetitivos. Estos segmentos a menudo se agrupan en unidades funcionales más grandes llamadas tagmas, como la cabeza, el tórax y el abdomen en insectos, o el cefalotórax y el abdomen en arácnidos. Esta organización segmentada permite una especialización regional del cuerpo.

Los apéndices articulados son otra característica fundamental. Estos “pies articulados” están especializados para funciones como la locomoción, la alimentación, la percepción sensorial y la reproducción. Cada apéndice, compuesto por segmentos unidos por articulaciones flexibles, permite movimientos precisos y adaptativos.

Clasificación Principal de los Artrópodos

Los artrópodos se clasifican en cuatro subfilos principales. Cada subfilo presenta características distintivas que reflejan su evolución y adaptación a diferentes nichos ecológicos.

Quelicerados (Chelicerata)

Los Quelicerados (Chelicerata) poseen quelíceros, que son apéndices bucales en forma de pinzas o colmillos, en lugar de mandíbulas. Este grupo incluye a las arañas, escorpiones, ácaros y garrapatas, así como a los cangrejos herradura. No tienen antenas y su cuerpo generalmente se divide en un prosoma (cefalotórax) y un opistosoma (abdomen).

Miriápodos (Myriapoda)

Los Miriápodos (Myriapoda) tienen un cuerpo alargado y segmentado, compuesto por una cabeza y un tronco con numerosos pares de patas. Dentro de este subfilo se encuentran los ciempiés (quilópodos), que tienen un par de patas por segmento, y los milpiés (diplópodos), que poseen dos pares de patas por la mayoría de sus segmentos.

Crustáceos (Crustacea)

Los Crustáceos (Crustacea) son predominantemente acuáticos, habitando tanto en ambientes marinos como de agua dulce. Sus apéndices birrámeos se ramifican en dos. Ejemplos comunes de crustáceos incluyen cangrejos, langostas, camarones y cochinillas de la humedad. Su cuerpo a menudo se divide en cefalotórax y abdomen.

Hexápodos (Hexapoda)

Los Hexápodos (Hexapoda), dominados por los insectos, tienen tres pares de patas y un cuerpo dividido en tres tagmas bien diferenciados: cabeza, tórax y abdomen. Este subfilo es el más diverso, con una enorme cantidad de especies. Muchos hexápodos también poseen uno o dos pares de alas en su etapa adulta, lo que les ha permitido colonizar el medio aéreo.

Adaptaciones y Sistemas Biológicos

Sus sistemas respiratorios varían según el hábitat. Los insectos y miriápodos terrestres utilizan un sistema de tráqueas, tubos ramificados que llevan oxígeno directamente a los tejidos. Estas tráqueas se abren al exterior a través de pequeños poros llamados espiráculos.

Los crustáceos acuáticos respiran a través de branquias, estructuras plumosas para el intercambio de gases en el agua. Los arácnidos, como las arañas, poseen pulmones en libro, que son sacos internos con pliegues laminares que aumentan la superficie para la absorción de oxígeno.

El sistema circulatorio de los artrópodos es de tipo abierto. Esto significa que la hemolinfa, su fluido circulatorio, fluye libremente en la cavidad corporal (hemocele), en lugar de estar contenida en vasos sanguíneos. Un corazón dorsal tubular bombea la hemolinfa hacia la parte anterior del cuerpo, desde donde se distribuye y luego retorna al corazón.

Los artrópodos cuentan con órganos sensoriales complejos. Muchos poseen ojos compuestos, formados por múltiples unidades visuales, que les proporcionan una visión de mosaico y una excelente percepción del movimiento. También pueden tener ocelos simples, que detectan la luz, y antenas, apéndices sensoriales para el tacto, el olfato y la detección de sustancias químicas.

Los ciclos de vida de muchos artrópodos incluyen la metamorfosis, un proceso de desarrollo que reduce la competencia entre etapas juveniles y adultas. La metamorfosis completa, como la de mariposas y escarabajos, involucra una larva, pupa y adulto, con diferentes formas y dietas. La metamorfosis incompleta, observada en saltamontes, implica ninfas que se asemejan a los adultos, pero sin alas desarrolladas.

Rol Ecológico y Relación con los Humanos

Muchos insectos, como abejas y mariposas, son polinizadores de plantas, facilitando la reproducción de cultivos y flora silvestre. Otros actúan como descomponedores, procesando materia orgánica muerta y reciclando nutrientes.

Los artrópodos también forman una base alimentaria para numerosos animales, incluyendo aves, peces y mamíferos. Algunos son depredadores o parasitoides que controlan poblaciones de plagas agrícolas, como mariquitas que se alimentan de pulgones o arañas que atrapan insectos.

La relación de los artrópodos con los humanos abarca beneficios y desafíos. Son una fuente de alimento en muchas culturas, con camarones y cangrejos como ejemplos. También producen productos valiosos como miel, cera de abejas y seda de gusanos de seda.

Ciertos artrópodos representan amenazas. Algunas especies son plagas agrícolas, como las langostas que devastan cultivos o las termitas que destruyen estructuras de madera. Otros son vectores de enfermedades, transmitiendo patógenos a humanos y animales; mosquitos, garrapatas y moscas pueden propagar enfermedades como el dengue, la malaria o la enfermedad de Chagas.

How the Body Defends Blood Volume Against Dehydration

What Is the Notochord in Humans and What Happens to It?

Thick Septum: Heart Condition vs. Nose Piercing